martes, 24 de junio de 2014

Sensibilidad superficial y profunda. Exploración de la sensibilidad. Síndromes sensitivos

SENSIBILIDAD SUPERFICIAL Y SENSIBILIDAD PROFUNDA La sensibilidad superficial se transmite de los órganos correspondientes de la piel, a unas primeras neuronas, cuyas células se encuentran en los ganglios de las raíces posteriores de los nervios medulares. Al penetrar en la médula espinal, las fibras se subdividen. Las que conducen las sensibilidades dolorosa y térmica y parte de la táctil hacen sinapsis en los cuernos posteriores con una segunda neurona sensitiva, que cruza la médula y va hasta el tálamo, integrado por tres núcleos voluminosos de sustancia gris: uno interno, otro externo y un tercero medio anterior, los cuales limitan lateralmente con el ventrículo medio y forman el piso de los laterales. Las fibras que conducen la sensibilidad profunda y otra, parte de la táctil, ascienden por los cordones posteriores homolaterales de la médula hasta el bulbo raquídeo, y terminan allí en los núcleos de Goll y Burdach, donde hacen sinapsis con una segunda neurona que pasa al lado opuesto del órgano y asciende hasta el tálamo. La tercera neurona que empieza en este último lleva todas las formas de sensibilidad descrita a la corteza cerebral, lóbulo parietal, circunvalación postrolándica. Es allí donde la información discrimina las primeras formas de sensibilidad y las integra en complejos, de este modo identificamos el sitio de contacto, diferenciamos entre dos estímulos simultáneos y reconocemos un objeto colocado en la mano. EXPLORACION DE LA SENSIBILIDAD La exploración de todas las formas de sensibilidad superficial y profunda se hace manteniendo al individuo con los ojos cerrados e interrogándolo acerca de la sensación correspondiente. La táctil superficial se verifica tocando diferentes puntos de la piel mediante un pincel. El examinado debe avisarnos cuando sienta el tocamiento. También puede hacerse con un papel o una mota de algodón. La pregunta se hará asimismo en ausencia de todo contacto. La sensibilidad dolorosa se explora mediante una aguja de punta muy fina y la térmica, con dos tubos de ensayo que contienen agua fría el uno y caliente el otro, hasta diez grados máximo. La exploración de la sensibilidad profunda comprende las siguientes: vibratoria, para cuyo examen se usa un diapasón que se coloca en área de la piel sobre prominencias óseas; articular o de posición, que se examina tomando un dedo o un artejo por las caras laterales para moverlo hacia arriba y hacia abajo; el examinado debe precisar la respectiva posición. La discriminación de puntos separados permite explorar la sensibilidad táctil, dolorosa y térmica. Para la primera se utiliza un compás de puntas romas, separadas de 3 a 4 centímetros para explorarla en el dorso de la mano, y de 2 a 6 milímetros para la pulpa de los dedos. Se pregunta al sujeto si siente uno o dos toques simultáneamente. En cuanto al dolor y a la temperatura se procederá de un modo semejante al indicado para la sensibilidad superficial. La capacidad para discriminar los objetos o estereognosia depende del lóbulo parietal y consiste en reconocer una llave, un estilógrafo, etc., colocado en la palma de la mano. Para determinar la sensibilidad gráfica o grafestesia se traza en la piel un número u otra figura simple que el sujeto debe identificar. La topognosia es la capacidad para percatarse con exactitud de un contacto. Se investiga tocando simultáneamente la piel, con la yema de los dedos o con alfileres, en dos zonas simétricas del cuerpo, tanto en el tronco como en las extremidades. Se denomina extinción de la sensibilidad cuando el paciente sólo siente una de ellas. La pérdida o disminución de la sensibilidad táctil superficial o profunda comprende el tacto propiamente dicho, la sensibilidad térmica y la dolorosa. Las palabras hiperestesia, anestesia, hipoestesia y parestesias sirven para denominar el aumento, la pérdida, la disminución de la sensibilidad táctil en general y las sensaciones falsas, a consecuencia de trastornos de la misma. SINDROMES SENSITIVOS Lesiones del lóbulo parietal. Hay en particular pérdida de la sensibilidad profunda en el hemicuerpo contrario a la lesión, a saber: astereognosis, incapacidad para identificar un objeto; anosognosia, incapacidad para reconocer el miembro afectado; pérdida de la sensibilidad discriminatoria. Para averiguar la nosognosia se le pide al individuo, por ejemplo, que levante el miembro indicado y alzará el contrario o ignora la orden. Pérdida de la ensibilidad talámica. Produce extinción o disminución de la sensibilidad del lado opuesto del cuerpo con dolor leve o severo, continuo o discontinuo. Pérdida de la sensibilidad del tallo cerebral. El carácter más importante es la supresión de la sensibilidad de los miembros del mismo lado y de la motricidad en los contrarios. En la cara la pérdida de la sensibilidad dolorosa es del lado contrario a lo que ocurre en los miembros. Pérdida de la sensibilidad medular. Los trastornos más frecuentes se deben a sección medular completa, hemisección. También, a la siringomelia que se caracteriza por cavidades llenas de líquido en la médula espinal, consecutivas a traumatismos, hemorragias, tumores. Los síntomas son trastornos sensitivos y motores que varían según el sitio. Trastornos sensitivos por lesiones en las raíces de los nervios. El síntoma predominante es el dolor por lo general irradiado. Las causas más frecuentes son las discopatías intervertebrales. Alteraciones sensitivas por lesión de los nervios periféricos. Puede tratarse de uno solo, mononeuropatía, o de varios, polineuropatías. Habrá un área con hipoestesia u, ocasionalmente, hiperestesia, a lo largo del nervio comprometido. La causa más frecuente es la compresión del nervio. Alteraciones sensitivas por compromiso múltiple. Se caracterizan por parestesia y debilidad muscular de la región comprometida. Por lo general se trata de polineuropatías secundarias a trastornos metabólicos, provocados por diabetes, uremia, enfermedades inmunológicas (colagenosas), síndromes paraneoplásicos, intoxicación por el plomo. En el síndrome de Gullain Barret hay hipoestesia, “anestesia en guante”, disminución de la sensibilidad vibratoria, dolorosa y térmica y del sentido de la posición. La parestesia de Berger. Consiste en sensaciones anormales en los miembros inferiores de los adolescentes, asociadas con debilidad de los mismos, sin síntomas objetivos, La meralgia parestésica es una afección caracterizada por diversos trastornos sensitivos en la región inervada por el nervio fémoro-cutáneo externo, que varía desde la simple hiperestesia hasta la anestesia total. Se presenta en el curso de una enfermedad infecciosa aguda, en la diabetes y en la intoxicación por plomo o alcohol.

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